Aunque existen diferentes tipos de células en los anejos normales, la mayoría de los cánceres anexiales se originan en las células del epitelio superficial del ovario (cáncer epitelial de ovario [EOC]). Son menos los cánceres ováricos que se desarrollan a partir de los tipos celulares restantes (tumores de los cordones ováricos-estroma, de células germinales o de tipo mixto), e incluso existe una menor cantidad de cánceres que surgen de las trompas de Falopio, aunque la evidencia reciente ha mostrado que éstos representan un mayor porcentaje de lo que se pensaba antes. No se han establecido los sucesos específicos que conducen a la transición del tejido normal a un tumor maligno, como tampoco se ha identificado una lesión precursora definitiva.
Ginecología y Obstetricia
viernes, 4 de mayo de 2018
jueves, 3 de mayo de 2018
Trastornos premalignos y malignos del cuello uterino
La neoplasia intraepitelial escamosa de las vías genitales bajas a menudo es multicéntrica (es decir, afecta múltiples sitios anatómicos que se derivan en términos embrionarios del mismo epitelio anogenital. La CIN, que antes se denominaba displasia, significa el crecimiento y desarrollo desorganizado del recubrimiento epitelial del cuello del útero. Existen diversos grados de CIN. La displasia leve, o CIN I, se define como crecimiento desorganizado del tercio inferior del recubrimiento epitelial. La maduración anormal de los dos tercios inferiores del recubrimiento se conoce como displasia moderada, o CIN II. La displasia grave, o CIN III, incluye más de dos tercios del espesor epitelial con carcinoma in situ (CIS), lo cual representa la maduración anormal del espesor total.
En EU, cada año se diagnostica un estimado de 12 719 casos nuevos de cáncer cervical invasivo y ocurren más de 4 290 muertes por esa enfermedad. En contraste, con más de 529 000 nuevos casos diagnosticados por año y una tasa de mortalidad >50%, el cáncer del cuello del útero es la segunda causa más común de morbilidad y mortalidad relacionada con cáncer entre las mujeres en los países en desarrollo. Esta dicotomía se debe principalmente a una disminución de 75% en el índice de cáncer cervical en los países en desarrollo después de la implementación de programas de detección y tratamiento poblacional de la enfermedad preinvasiva. La edad promedio al momento del diagnóstico es de 51 años. Sin embargo, la enfermedad puede ocurrir en la segunda década de la vida y durante el embarazo, y alrededor de 20% de los cánceres cervicales se diagnostican en mujeres de 65 años en adelante. Más de 95% de las pacientes con cáncer cervical inicial pueden curarse.
miércoles, 2 de mayo de 2018
Endometriosis y adenomiosis
La endometriosis es un problema de salud importante y común entre las mujeres. Se desconoce su frecuencia exacta, porque se requiere cirugía para realizar el diagnóstico, pero se estima que ocurre en 6 a 10% de las mujeres en el grupo de edad reproductiva y en 25 a 35% de las mujeres con infertilidad.
Se observa en 1 a 2% de las mujeres que se someten a esterilización o a reversión de la esterilización, en 10% de las histerectomías, en 16 a 31% de las laparoscopias y en 53% de las adolescentes con dolor pélvico de suficiente intensidad como para justificar la valoración quirúrgica. La endometriosis
es el diagnóstico ginecológico más común, responsable de la hospitalización de mujeres entre 15 a 44 años, ya que se detecta en más de 6% de las pacientes.
Se observa en 1 a 2% de las mujeres que se someten a esterilización o a reversión de la esterilización, en 10% de las histerectomías, en 16 a 31% de las laparoscopias y en 53% de las adolescentes con dolor pélvico de suficiente intensidad como para justificar la valoración quirúrgica. La endometriosis
es el diagnóstico ginecológico más común, responsable de la hospitalización de mujeres entre 15 a 44 años, ya que se detecta en más de 6% de las pacientes.
viernes, 27 de abril de 2018
Tumores benignos de utero: miomas y pólipos
Las masas del aparato reproductor de la mujer constituyen hallazgos clínicos frecuentes y pueden situarse en dicho aparato o en estructuras por fuera de él. Se identifi can a veces en mujeres asintomáticas durante el tacto ginecológico corriente, o a veces causan síntomas.
Las manifestaciones típicas comprenden dolor, sensación compresiva, dismenorrea o metrorragia anormal. Muchas de las masas de dicho aparato son lesiones adquiridas, pero algunas son producto de anomalías congénitas.
Las manifestaciones típicas comprenden dolor, sensación compresiva, dismenorrea o metrorragia anormal. Muchas de las masas de dicho aparato son lesiones adquiridas, pero algunas son producto de anomalías congénitas.
jueves, 26 de abril de 2018
Sangrado uterino anomalo
La hemorragia uterina anormal incluye el sangrado menstrual anormal y las hemorragias debidas a otras causas como embarazo, enfermedad sistémica o cáncer. El diagnóstico y manejo de este trastorno representan uno de los problemas más difíciles en ginecología. Es posible que las pacientes no puedan localizar el origen del sangrado como proveniente de la vagina, uretra o recto. En mujeres en edad reproductiva, siempre debe considerarse la posibilidad de una complicación del embarazo y recordar que es posible la implicación de más de una entidad diagnóstica, como miomas uterinos y cáncer cervical.
miércoles, 25 de abril de 2018
Infecciones cervicovaginales y Enfermedades de transmisión sexual
El término enfermedades de transmisión sexual (STD) se utiliza para describir los trastornos que se propagan por el contacto íntimo. Aunque esto suele referirse al coito, también incluye el contacto corporal cercano, los besos, el cunnilingus, anilingus, felación, contacto boca-mama y coito anal. Muchas STD también pueden transmitirse al feto in utero a través de la transmisión transplacentaria o al pasar por el canal de parto y a través de la lactación durante el periodo neonatal. Los organismos implicados se han adaptado para desarrollarse en el aparato genital y se encuentran en las secreciones corporales o la sangre. Padecer una STD aumenta el riesgo de coinfección por otra STD; es por ello que se deben ofrecer estudios de detección completos a toda paciente con un diagnóstico nuevo de una STD.
INFECCIONES PÉLVICAS
Debido a su ocurrencia común y frecuentes consecuencias de gravedad, las infecciones pélvicas se encuentran entre los problemas de mayor importancia en la práctica de la ginecología. Tanto el médico general como el ginecólogo se enfrentan a una amplia variedad de este tipo de infecciones, desde una simple salpingooforitis gonocócica hasta el choque séptico debido a la rotura de un absceso pélvico.
INFECCIONES PÉLVICAS
Debido a su ocurrencia común y frecuentes consecuencias de gravedad, las infecciones pélvicas se encuentran entre los problemas de mayor importancia en la práctica de la ginecología. Tanto el médico general como el ginecólogo se enfrentan a una amplia variedad de este tipo de infecciones, desde una simple salpingooforitis gonocócica hasta el choque séptico debido a la rotura de un absceso pélvico.
martes, 24 de abril de 2018
Malformaciones congénitas
En el aparato urogenital, el conocimiento de la embriología es esencial para entender las funciones e interconexiones entre los aparatos reproductor y urinario. Los aparatos genital y urinario del adulto son diferentes tanto en funcionamiento como en anatomía, con la excepción de la uretra masculina, donde ambos aparatos están interconectados. Durante el desarrollo, estos dos sistemas se asocian de manera estrecha. La superposición de ambos durante el desarrollo inicial ocurre entre las 4-12 semanas después de la fertilización. La complejidad de los sucesos del desarrollo en estos aparatos se evidencia por la separación incompleta entre ambos que se encuentra en algunas anomalías congénitas. Este capítulo describe por separado la embriología de los dos aparatos, en lugar de seguir una cronología estricta de acuerdo con su desarrollo.
En vista de la complejidad y duración de la diferenciación y desarrollo de los aparatos genital y urinario, no es de sorprender que la frecuencia de las malformaciones que afectan a ambos sea de las más altas (10%) en todo el organismo. Las etiologías de las malformaciones congénitas a veces se catalogan con base en factores genéticos, ambientales o combinaciones de éstos (llamada herencia multifactorial). Se supone que los factores genéticos y hereditarios conocidos explican alrededor de 20% de las anomalías que se detectan al momento del nacimiento, las aberraciones cromosómicas representan cerca de 5%, y los factores ambientales se asocian con casi 10%. La importancia de estos datos estadísticos debe ponderarse contra los informes de que 1) se estima que de un tercio a la mitad de los cigotos humanos se pierden en la primera semana de gestación, y 2) quizá la causa de 70% de las anomalías humanas es de origen desconocido. Las malformaciones congénitas siguen siendo tema de preocupación, debido a que se detectan en alrededor de 3% de los lactantes y supuestamente 20% de las muertes perinatales son ocasionadas por anomalías congénitas.
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Tumores benignos y malignos de ovario
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